Adivinar el Futuro |
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Author:
| Agusti, Adolfo |
ISBN: | 978-1-4922-1718-3 |
Publication Date: | Aug 2013 |
Publisher: | CreateSpace Independent Publishing Platform
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Book Format: | Paperback |
List Price: | USD $8.00 |
Book Description:
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No es una cuesti#65533;n de ignorantes, pues todo el mundo recurre cotidianamente, y con frecuencia diariamente, a alguien, persona o instituci#65533;n, que pueda predecir un futuro cercano y en ocasiones lejano. Quiere saber sobre su futuro quien acude doliente al m#65533;dico para curarse de su mal y le pregunta cu#65533;ndo se curar#65533; o, m#65533;s resignadamente, si su enfermedad le permitir#65533; seguir disfrutando de la vida. Tambi#65533;n quiere saber su futuro quien tiene...
More DescriptionNo es una cuesti#65533;n de ignorantes, pues todo el mundo recurre cotidianamente, y con frecuencia diariamente, a alguien, persona o instituci#65533;n, que pueda predecir un futuro cercano y en ocasiones lejano. Quiere saber sobre su futuro quien acude doliente al m#65533;dico para curarse de su mal y le pregunta cu#65533;ndo se curar#65533; o, m#65533;s resignadamente, si su enfermedad le permitir#65533; seguir disfrutando de la vida. Tambi#65533;n quiere saber su futuro quien tiene todos sus ahorros en la Bolsa y acude a su agente para que le informe de sus predicciones sobre el futuro econ#65533;mico de las empresas en las cuales ha invertido su dinero. Del mismo modo, los hombres del tiempo nos vaticinan sin mucho convencimiento sus pron#65533;sticos para ma#65533;ana o pasado ma#65533;ana, y los pol#65533;ticos realizan sus planes con un a#65533;o de antelaci#65533;n, mientras consultan febrilmente los sondeos de opini#65533;n que les vaticinan un concreto n#65533;mero de votos. Tambi#65533;n ejercen de adivinos aquellos que aseguran a su d#65533;scolo hijo que se matar#65533; si sigue corriendo velozmente con su destartalada motocicleta, lo mismo que quienes aseguran a su joven hija que se quedar#65533; embarazada pronto si insiste en no emplear ning#65533;n anticonceptivo. No hay nadie, o casi nadie, que no realice en su vida vaticinios y predicciones del futuro, ni siquiera el labriego cuando asegura que llover#65533; porque el aire "est#65533; cargado de humedad", ni los ejecutivos de esa agencia de marketing cuando recomiendan sacar al mercado determinado producto que "arrasar#65533; el mercado". Sin embargo, y a pesar de que todos efectuamos nuestras predicciones, nadie tiene tan poco prestigio cient#65533;fico como los futur#65533;logos y adivinos. Enfundados en sus casacas floridas, rodeados de una parafernalia impresionante y con mil y un sistemas para predecir el futuro, se enfrentan a los incr#65533;dulos trat#65533;ndoles de demostrar que el futuro no solamente es predecible, sino modificable.Y es que su misi#65533;n en esta vida est#65533; mal entendida, puesto que aunque con frecuencia traten de hablarnos demasiado de nuestro pasado (algo que ya sabemos sin necesidad que nos lo expliquen) y poco del futuro, sus palabras en general tratan de darnos aliento y confianza en el porvenir, ese lugar en el tiempo que siempre llega, salvo en el momento de nuestra muerte. Por eso, escuchar a un adivino no es propio de ignorantes (aunque en ocasiones ellos son los ignorantes), sino solamente de personas que buscan consuelo en alguien que les asegure que cualquier tiempo futuro ser#65533; mejor. Ese cometido deber#65533;a formar parte de la familia o amigos, pero con demasiada frecuencia escuchamos m#65533;s palabras desalentadoras que est#65533;mulos y demasiados malos augurios que buenos presentimientos, por lo que acudir a un futur#65533;logo experto es siempre una terapia saludable.La fe mueve monta#65533;as, dicen, y puestos a tener fe en algo prefiero tenerla en quien me asegura que pr#65533;ximamente (este t#65533;rmino puede indicar d#65533;as o a#65533;os) ser#65533; feliz, fuerte, rico o intensamente amado. Quien guste de escuchar reproches por el pasado, quejas por el presente y amenazas hacia el futuro, seguro que encontrar#65533; muchas personas a su alrededor dispuestas a explic#65533;rselo con todo detalle, pero yo prefiero, si me permiten, lo otro: los buenos augurios.