Cuentos de Terror Financiero

Cuando niños, nos asustaban -a algunos todavía- las historias de fantasmas o monstruos. En nuestros primeros años de vida, imaginación y realidad parecían una sola; las películas o narraciones de terror en la escuela o con los amigos de la calle en que vivíamos, nutrían ese miedo, ese terror por lo desconocido y lo conocido en la imaginación. Relatos sobrenaturales de asesinos que aparecían en una fiesta nocturna en un campamento de estudiantes, narraciones de un jinete sin cabeza, un...
More Description

Cuando niños, nos asustaban -a algunos todavía- las historias de fantasmas o monstruos. En nuestros primeros años de vida, imaginación y realidad parecían una sola; las películas o narraciones de terror en la escuela o con los amigos de la calle en que vivíamos, nutrían ese miedo, ese terror por lo desconocido y lo conocido en la imaginación. Relatos sobrenaturales de asesinos que aparecían en una fiesta nocturna en un campamento de estudiantes, narraciones de un jinete sin cabeza, un espectro arrastrando cadenas o una aparición ofreciendo un tesoro a cambio de un pacto. Esas eran historias comunes en la infancia y podríamos seguir con ellas: títeres o payasos macabros, niños absorbidos a una realidad alterna a través de un televisor y muchos otros relatos, estos temores han dado paso, a miedos un poco más racionales. Ahora esas narraciones parecen de niños y aunque muchos adultos siguen espantándose con ellas, -ahora por gusto-, otros se estremecen con historias más reales: perder la salud y el patrimonio, llegar a la vejez sin un centavo, esfumarse el ahorro de toda una vida, o mirar atrás y ver cómo en un par de años se dilapidó una herencia construida en décadas o no dormir pensando en deudas. Ésas sí son historias de terror. Ahora no son ajos, estacas o conjuros, son hábitos, de conducta (no de monje), información, actitud, disciplina, planeación, previsión, ahorro, inversión y consumo consciente. Todo lo anterior y muchas cosas más, son la mejor arma contra estos fantasmas y monstruos. El mejor antídoto o conjuro ante el terror financiero es: La Inteligencia Financiera.