CXX Haikus de Mi Corazón Bifurcado

El amor y el desamor siempre han sido las dos caras de una misma moneda: nacen, crecen, se integran, se definen el uno al otro, en instantes, sin orden preestablecido. Puede que se presente primero uno antes que el otro, o surjan al mismo tiempo entre intervalos indefinidos y errantes, que hacen que el corazón se bifurque, que se convierta en esa moneda que tras ser arrojada una vez más, no se sepa con certeza que lado de ella caerá esta vez. Y cuya caída traerá con ella sentimientos y...
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El amor y el desamor siempre han sido las dos caras de una misma moneda: nacen, crecen, se integran, se definen el uno al otro, en instantes, sin orden preestablecido. Puede que se presente primero uno antes que el otro, o surjan al mismo tiempo entre intervalos indefinidos y errantes, que hacen que el corazón se bifurque, que se convierta en esa moneda que tras ser arrojada una vez más, no se sepa con certeza que lado de ella caerá esta vez. Y cuya caída traerá con ella sentimientos y emociones intensas que nos llevan a estados de felicidad y dicha o tristeza y melancolía.

Pero estos estados, la mayoría ambivalentes, al igual que las dos caras en las que puede caer el corazón, son también instantes, momentos efímeros que pueden expresarse con simples pero significativos poemas de tres versos: haikus.

"CXX Haikus de mi corazón bifurcado" busca precisamente integrar las dos caras de la moneda cardíaca, pero al mismo tiempo mostrar los dos surcos a los que el mismo corazón puede dirigirse en ese constante caminar emocional y arrítmico, cuyos instantes, tanto de amor y desamor, son esa electricidad que hace que exista y perdure su latido. Y aquí hay ciento veinte latidos, ciento veinte haikus de un corazón que late con fuerza y sigue irradiando su torrente emocional por todas sus venas.