Calendas II

Presentaci#65533;n No cabe la menor duda que los pioneros o padres de la historia de Honduras, son el doctor Antonio Ram#65533;n Vallejo y el abogado R#65533;mulo Ernesto Dur#65533;n, dos eruditos de enorme alcance intelectual, que lograron plasmar en las p#65533;ginas de nuestra vida nacional, precisamente los primeros cap#65533;tulos del nacimiento de nuestra rep#65533;blica, unos a#65533;os despu#65533;s de la independencia espa#65533;ola.Pero detr#65533;s de ellos, felizmente,...
More Description

Presentaci#65533;n No cabe la menor duda que los pioneros o padres de la historia de Honduras, son el doctor Antonio Ram#65533;n Vallejo y el abogado R#65533;mulo Ernesto Dur#65533;n, dos eruditos de enorme alcance intelectual, que lograron plasmar en las p#65533;ginas de nuestra vida nacional, precisamente los primeros cap#65533;tulos del nacimiento de nuestra rep#65533;blica, unos a#65533;os despu#65533;s de la independencia espa#65533;ola.Pero detr#65533;s de ellos, felizmente, aparecieron una pl#65533;yade de hombres y mujeres, que con su talento, estudio y perseverancia, han logrado enriquecer la bibliograf#65533;a patria, logrando de esa manera salvar p#65533;ginas brillantes que han concurrido en esta hermosa jornada, eminentemente cultural, lo que nos da paso para ubicarnos en la dimensi#65533;n exacta de nuestra aut#65533;ntica identidad nacional y si no, veamos los nombres de estos personajes, sin cuya participaci#65533;n ser#65533;a harto dif#65533;cil remontarnos al pasado, por ejemplo a lo ocurrido en los Siglos XIX #65533; XX, de un pret#65533;rito relativamente corto. Helos aqu#65533;: 1. Adolfo Z#65533;niga,2. Alberto Membre#65533;o,3. Alejandro Castro Padre,4. #65533;ngel (Pach#65533;n) Raudales,5. Arturo (Pituro) Oquel#65533;,6. Carlos Gustavo Zelaya Herrera,7. Crist#65533;bal Ram#65533;n Oquel#65533; Garay,8. Dagoberto Espinoza Murra,9. Daniel La#65533;nez,10. Dar#65533;o Gonz#65533;lez,11. Eliseo P#65533;rez Cadalso,12. Elvia Casta#65533;eda de Machado,13. Filadelfo Suazo,14. Froyl#65533;n Turcios,15. Guadalupe Ferrari de Hartling,16. Guillermo Bustillo Reina,17. Humberto Rivera y Morillo18. In#65533;s Navarro,19. Irma Leticia Silva de Oyuela,20. Ismael Zepeda Ord#65533;#65533;ez,21. Jes#65533;s Aguilar Paz,22. Jes#65533;s Evelio Hinestroza,23. Jorge Fidel Dur#65533;n,24. Jos#65533; Dolores Gonz#65533;lez,25. Jos#65533; Reina Valenzuela,26. Juan Bautista Valladares,27. Juan de Dios Guti#65533;rrez y Aguilera,28. Juan Ram#65533;n Ard#65533;n,29. Julio Escoto30. Leandro Valladares,31. Longino Becerra,32. Luis Andr#65533;s Z#65533;#65533;iga,33. Luis S#65533;nchez34. Marco Antonio Rosa,35. Mario Argueta,36. Medardo Cerrato Valenzuela,37. Medardo Mej#65533;a Pagoada,38. Miguel Lardiz#65533;bal Galindo,39. Nah#65533;m Valladares,40. No#65533; Pineda Portillo41. Orlando Pineda Contreras,42. Oscar Zelaya Garay,43. Pompilio Ortega,44. Rafael Heliodoro Valle,45. Rafael Jerez Alvarado,46. Ramiro Col#65533;ndres Ortega,47. Ra#65533;l Lanza Valeriano,48. Roberto C. Ord#65533;#65533;ez,49. Rolando Ferrera y Zelaya,50. Salvador Turcios Ram#65533;rez,51. Segisfredo Infante52. V#65533;ctor C#65533;ceres Lara.Y algunos otros ilustres compatriotas, que la infiel memoria como siempre, no nos permite traer a cuentas.Hoy, en Calendas, vamos a compartir con nuestros distinguidos lectores casi un centenar de nuevas an#65533;cdotas e historias de la vida real, ocurridas en esta cuatricentenaria Tegucigalpa y algunos otros lugares de la rep#65533;blica, divididas en dos tomos, incluyendo para mayor deleite seis poemas para la eternidad, escogidos ex profesamente para usted. Lo hacemos, recordando las palabras de amigos como Juan Ram#65533;n Ard#65533;n o Ram#65533;n Oquel#65533; Garay, que siempre nos impulsaron a escribir todo lo que supi#65533;semos en torno al inter#65533;s general o simplemente para complacer con una ocurrencia a un pasivo lector, que busca algo diferente para entretenerse, matar el tiempo o informarse de algo de lo que anta#65533;o sucedi#65533; en nuestro suelo.Por eso, hoy nos proponemos obsequiar a quienes nos lean, estas p#65533;ginas, que confiamos sean del agrado de aquellos que compartan estas lecturas que sin #65533;nfulas ni asomos de intelecto, solo llevan el pensamiento de recordar hechos que en su momento tuvieron alguna trascendencia.Por consiguiente, una vez m#65533;s, rogamos la tolerancia y condescendencia de nuestros amigos lectores, para juzgar este peque#65533;o trabajo que ojal#65533; les guste.