¿Cómo aprendí a vivir con el duelo de mi hijo? El camino que seguí para manejar mi dolor como madre. Desde el momento que mi hijo de 17 años, perdió la vida, de manera inesperada, el dolor invadió nuestro hogar y nos surgieron grandes interrogantes que nos llevó a formular distintos escenarios para tratar de entender lo sucedido. En medio de muchas confusiones perdimos nuestra paz interior. Cuando se pierde un hijo no se tiene la fórmula perfecta para...
More Description ¿Cómo aprendí a vivir con el duelo de mi hijo? El camino que seguí para manejar mi dolor como madre.
Desde el momento que mi hijo de 17 años, perdió la vida, de manera inesperada, el dolor invadió nuestro hogar y nos surgieron grandes interrogantes que nos llevó a formular distintos escenarios para tratar de entender lo sucedido.
En medio de muchas confusiones perdimos nuestra paz interior. Cuando se pierde un hijo no se tiene la fórmula perfecta para la aceptación o aprender a vivir con la ausencia de este ser amado.
Ante este grado de incertidumbre decidí abrir mis sentidos, buscando respuestas en libros, películas, redes sociales, los consejos de amigos y distintas personas a estas perturbadoras preguntas: ¿por qué sucedió? ¿por qué me sucedió a mí? ¿por qué Dios decidió llevárselo?
Durante mi duelo, hablaba en silencio conmigo misma y tenía una desesperación por saciar mi sed de saber, hasta que comencé a soñar; desde el más allá tuve el privilegio, el honor de escuchar su voz y conversar con él, frente a frente, en otra dimensión. Hoy tengo la convicción divina que logré alcanzar a través de los sueños, una sensación de tranquilidad y respuestas acertadas a mis preguntas.
Con el tiempo entendí y me resigné a no seguir buscando explicaciones sino a dirigir todos mis esfuerzos hacia como aprender a canalizar este dolor hasta alcanzar la aceptación de los hechos.
Más tarde, se me acercaron personas que habían sufrido una experiencia similar a darme consuelo y otros, pidiéndome algún tipo de consejo para librarse del duelo con el propósito de llegar a la resignación.
Han pasado 6 años desde aquel duro episodio, hemos decidido escribir este libro para compartir nuestro mensaje con aquellas personas que están viviendo una situación similar y les sirva como ayuda para entender y aprender a superar estas circunstancias.
Vivir lo que tenemos que vivir, en el tiempo que corresponde, sin reprochar lo sucedido es como aprender a bailar en el medio de una tormenta, sin que eso sea impedimento para luchar, manejando las emociones para no afectar a la familia, especialmente si tenemos otros hijos por quienes seguir luchando y enfrentando las dificultades con resiliencia.
La vida y la muerte son un misterio, nosotros en el mundo occidental afrontamos el luto con tristeza, es momento de aprender a continuar el camino con fé, esperanza y optimismo.