El Profesor Incorregible |
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Author:
| Rodríguez, Juan Pedro |
Series title: | Bibliotecajuampedrina Ser. |
ISBN: | 978-1-0953-9186-0 |
Publication Date: | Apr 2019 |
Publisher: | Independently Published
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Book Format: | Paperback |
List Price: | USD $16.38 |
Book Description:
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La vergonzosa y aberrante situación de violencia escolar actual tiene su indefectible origen en la serie de violentaciones que se han ido produciendo en las aulas desde que se inició este siglo: la primera de ellas la provocó el político de turno que -con sus ansias infinitas de repartir el estado del bienestar- forzó a sentarse unos añitos más en la banca de un pupitre a quien tenía ya más que odiado al dichoso mueblecito, a quien ni lo conocía, y a quien veía en él sólo la madera de...
More DescriptionLa vergonzosa y aberrante situación de violencia escolar actual tiene su indefectible origen en la serie de violentaciones que se han ido produciendo en las aulas desde que se inició este siglo: la primera de ellas la provocó el político de turno que -con sus ansias infinitas de repartir el estado del bienestar- forzó a sentarse unos añitos más en la banca de un pupitre a quien tenía ya más que odiado al dichoso mueblecito, a quien ni lo conocía, y a quien veía en él sólo la madera de que estaba fabricada. Semejante gratuidad produjo en los tres menores (casi siempre sentados los tres juntitos) la lógica (aunque inesperada) reacción consistente en coger la sartén por el mango y sembrar la ley de la calle en recinto tan receptivo, con el consiguiente acobardamiento de los demás integrantes del mundo del aula. La subsiguiente reacción sí se hizo esperar ahora por lo inaudito de la situación: quienes no desertaron de la tiza o no cayeron enfermos plantaron cara a la molesta avispa y, dando manotazos desatinados en el aire, consiguieron únicamente distraer a la chiquillería de sus estudios pero provocaron a la vez que se encorajinase aún más quien, medio absentista, medio expulsado, ya acaparaba para sí el céntuplo del tiempo disponible, la totalidad de los objetivos del currículo, y -para vergüenza eterna de cualquier sistema educativo- podía enarbolar cínicamente su Título cum laude en dominio sobre los más débiles. Para agrandar más tal desbarajuste el todavía empecinado profesor enemigo de jolgorios, espectáculos, indecencias, malabarismos curriculares y suspensos regalados, ese que no había comprado ni aceptaba billete para ese circo, fue apartado de la feria, de lo que se fueron encargando unos en el recinto educativo o a la salida, otros en los múltiples despachos creados o reconvertidos a tal fin, o todos juntos en la suma democrática en que consiste el engendro conocido como Consejo Escolar. Abandonados, en fin, a su suerte, sin padres en la casa, sin sustitutos en el aula ni primos en el recreo, multitud de angelicos ven ya el aula como la cárcel de su vida.