El Tesoro y un Lago de Plata

¿Quién no recuerda el momento en que devoró una novela de aventuras por primera vez con un corazón palpitante? ¿Cuándo la hora de acostarse se acercaba demasiado rápido y las páginas no leídas de la aventura debajo de la cama parecían susurrar porque no podían esperar para ser leídas? Éramos niños, no conocíamos el miedo, nosotros, como nuestros héroes, queríamos embarcarnos en aventuras salvajes. Estábamos varados en su isla solitaria con Robinson Crusoe, viajamos por el Mississippi...
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¿Quién no recuerda el momento en que devoró una novela de aventuras por primera vez con un corazón palpitante? ¿Cuándo la hora de acostarse se acercaba demasiado rápido y las páginas no leídas de la aventura debajo de la cama parecían susurrar porque no podían esperar para ser leídas? Éramos niños, no conocíamos el miedo, nosotros, como nuestros héroes, queríamos embarcarnos en aventuras salvajes. Estábamos varados en su isla solitaria con Robinson Crusoe, viajamos por el Mississippi con Tom Sawyer y Huckleberry Finn, volamos con Peter Pan y los niños perdidos, conocimos piratas, luchamos contra dragones, emprendimos valientes caminatas que no conocíamos donde terminarían En aquel entonces, estas novelas de aventuras provocaron algo en nosotros que la mayoría de nosotros, al menos en cierta medida, hemos sobrevivido hasta nuestros días. Incluso si no nos embarcamos en grandes aventuras nosotros mismos, sabemos que más allá de nuestra vida segura y protegida, hay un mundo que recompensa a quienes se aventuran en él con las más maravillosas sorpresas. En algún lugar dentro de nosotros se encuentra el conocimiento de que hay más, que no ha sido todo.Desde aventuras históricas hasta buscadores de tesoros con mucha diversión; desde la amplia pradera hasta los polvorientos salones: es la mezcla de historias interesantes, elementos sorprendentes, acción y, a menudo, humor, lo que hace una buena novela del género de la aventura y el western. Las novelas de aventuras llevan a los espectadores en viajes a países extranjeros, a culturas únicas o, en general, a un entorno extranjero en el que los héroes novedosos se enfrentan valientemente a peligros desconocidos como individuos o en grupos. Los westerns y las aventuras no solo despiertan anhelos insaciables en nosotros. Estas novelas también dan vida a nuestra infancia.