Estudio de la Carta a Los Colosenses

El libro de los Colosenses forma parte del Nuevo Testamento y fue escrito alrededor del año 60. La ciudad de Colosas se encontraba en la provincia romana de Asia, que ahora forma parte de Turquía. La iglesia de esa ciudad no había sido fundada por Pablo, y hay indicios de que no había estado allí cuando escribió esta epístola destinada a ellos. La posibilidad de que Epafras, compañero de Pablo, fuera el pionero en la difusión del evangelio entre ellos, "Como fuisteis instruidos por...
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El libro de los Colosenses forma parte del Nuevo Testamento y fue escrito alrededor del año 60. La ciudad de Colosas se encontraba en la provincia romana de Asia, que ahora forma parte de Turquía. La iglesia de esa ciudad no había sido fundada por Pablo, y hay indicios de que no había estado allí cuando escribió esta epístola destinada a ellos. La posibilidad de que Epafras, compañero de Pablo, fuera el pionero en la difusión del evangelio entre ellos, "Como fuisteis instruidos por Epafras, nuestro amado consiervo, y en cuanto a vosotros otros, fieles ministros de Cristo" (Col. 1:7).Pablo estaba en la cárcel y había recibido noticias de las falsas doctrinas que se estaban enseñando a los cristianos de Colosas y escribió esta epístola para combatir la falsa doctrina que estaba surgiendo y para llamar a los colosenses a la verdadera fe que Epafras había anunciado.La esencia de su enseñanza es que sólo Jesucristo puede salvar y sólo a través de él se perdonan los pecados. Pablo anima a los colosenses a permanecer fieles, construyendo su fe sobre un fundamento seguro, con vigilancia, sin creer en las enseñanzas de nadie. Sé prudente en tu trato con los de fuera y aprovecha las oportunidades. Que tu discurso sea siempre agradable, sazonado con sal, para que sepas cómo debes responder a cada uno" (Col. 4:5:6).A lo largo de los cuatro capítulos, Pablo también subraya que, al aceptar a Jesucristo, los cristianos tienen una vida nueva, y esta nueva vida se manifiesta especialmente en su amor mutuo: "Revestíos, pues, como elegidos de Dios, santos y amados, de misericordia, de bondad, de humildad, de mansedumbre, de longanimidad. Soportaros los unos a los otros y perdonaros, si alguno tiene algún agravio contra otro. Como el Señor os ha perdonado, perdonaos también los unos a los otros" (Col 3,12.13).Y en los últimos saludos el autor pide que se envíen sus palabras a las iglesias de Laodicea, que estaba en un lugar vecino, para que luego puedan llevar sus declaraciones a Colosas. El envío de esta epístola lo hizo Tíquico, y con él viajó Onésimo, en cuyo nombre Pablo escribió la epístola a Filemón.