Ficcionario de la Brevedad

Un libro más o un libro menos no nos hace más o menos, pero sí nos da más por menos. Es poco o demasiado saber con tan sólo minutos u horas de lectura. Pero cuando leemos el libro, no un libro más, es nuestro compañero de vida. Se nos revelará su contenido en todo momento de contradicción o felicidad, como si ésta fuese consecuencia de haberla leído antes en el libro. Pero para el buen creador de historias una palabra más o una palabra menos no le es permisible: debe ser la palabra...
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Un libro más o un libro menos no nos hace más o menos, pero sí nos da más por menos. Es poco o demasiado saber con tan sólo minutos u horas de lectura. Pero cuando leemos el libro, no un libro más, es nuestro compañero de vida. Se nos revelará su contenido en todo momento de contradicción o felicidad, como si ésta fuese consecuencia de haberla leído antes en el libro. Pero para el buen creador de historias una palabra más o una palabra menos no le es permisible: debe ser la palabra justa.La consumación de transformar situaciones ordinarias en algo extraordinario se manifiesta en tan pocas líneas, por lo que presenciamos una maestría en el arte de la brevedad."Profundo el río por su silencio, ni un mamotreto o compendio es capaz de agitarlo, pero un verso: hasta un cauce nuevo le creará", dice el autor y nos extiende ese cauce de cada relato hasta un afluente que deriva en una prosa intensa y poética. Sí, porque no termina ahí el río como no tiene final sino regreso al vertedero, tal como los relatos del libro en sus manos. Y de su silencio: "Del silencio nace el sonido desde el decibel más bajo hasta el estruendo, desde la intención hasta escribirse una palabra sin necesidad de pronunciarse", palabras del autor. Añado que desde ese silencio emerge un raudo en nuestra impresionabilidad. Porque ese silencio es la subtextualidad tan hábilmente manejada por el autor, cuando sólo nos presenta la punta del iceberg, estando la gran historia debajo, tal como Ernest Hemingway lo interpretaría."Si del silencio creas una sinfonía, ya la palabra más sublime saldrá de ti cuando lo amerite, tan espontánea como tu simple mirada". Insisto que la historia profunda emerge en nuestra conciencia gracias a unas cuantas líneas que la contienen en nuestra lectura.Cada relato con toda su crudeza impone una realidad, una imagen y una significación, y son historias de no más de media página. Aprendí, entonces, que si el hombre no puede ser inmortal, sí perpetuarse a través de la memoria de los hombres: como del autor de este libro a través de nuestra incesante recordación. Deberemos escindirnos de la vida para trascender la vida misma, y se logra a través de un legado que no pueda ser prescindible a la vida o al arte, como el creador de este libro. Pero hay quienes nos conformamos con su imprescindible presencia narrativa porque los grandes secretos son inexplicables hasta que el arte nos lo revela, tal como el autor lo hace con una sugestiva narrativa. Y no requiero leer sus relatos en la más hiriente noche, pues aun de día nos hacen destellar una luna, o el halo de un eclipse circundarnos. Allan Belausteguigoitia