FrigorÍFico Del Este

FRIGORÍFICO DEL ESTE por Mireya Robles

El título de esta antología, Frigorífico del Este, es el del primer cuento, que le da el tono a la entera colección. Es una historia futurista que tiene lugar en un mundo insensible, mecanizado en el que la narradora se encuentra después de su muerte en el año de 2273, en el que tuvo que firmar la autorización para invalidar su acta de defunción y autorizar su nueva "acta de nacimiento". Esto es parte del proceso para convertirse en...
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FRIGORÍFICO DEL ESTE por Mireya Robles

El título de esta antología, Frigorífico del Este, es el del primer cuento, que le da el tono a la entera colección. Es una historia futurista que tiene lugar en un mundo insensible, mecanizado en el que la narradora se encuentra después de su muerte en el año de 2273, en el que tuvo que firmar la autorización para invalidar su acta de defunción y autorizar su nueva "acta de nacimiento". Esto es parte del proceso para convertirse en "un reintegro" con un número: 47111. Después de un día de quehaceres mecanizados, la protagonista tiene que ir a la sección de Almacenaje, donde pasará la noche en un nicho. Para sorpresa suya, reconoció en ella su "antigua capacidad de sueño" y el llavero que siempre llevaba y pensó que "Siempre nos queda algo. Esto me animó a integrarme".

Los temas del desarraigo y de la alienación, familiares en la obra de Robles, se expresan aquí de una forma poética en cuentos con una variedad de escenarios. Por ejemplo, en "El desfile", un hombre solitario que vive en un apartamento urbano es testigo de una procesión de criaturas alucinantes que emergen de su pasado, en la parte delantera de un teatro que quedaba al aire libre; o en "La ciudad flotante", un cuento que probablemente se sitúa en una Cuba onírica. En "La muerte del tigre" la alienación se intensifica cuando un tigre, poseído por el alma de un hombre, muere estirado "en aquella tierra que podría ser fecunda". En la mayoría de estas narraciones, los protagonistas recuerdan una vida anterior que fue más plena y sufren ante la pérdida de emociones, la insignificancia y el absurdo del presente. De vez en cuando, uno de los personajes de Robles encuentra la felicidad: un niño que descubre el mundo, o una amante que simbólicamente encuentra la mitad que le corresponde. La idea de que el amor es posible está expresada más intensamente en "El vampiro que da sangre", aún si en este cuento la felicidad está seguida por el rechazo. Estos cuentos de Mireya Robles son gritos de dolor contra un mundo insípido e indiferente, y una súplica pidiendo calor humano.

El estilo de estos textos refleja su tema. En el primer cuento, "Frigorífico del Este", la voz narrativa habla en frases cortas y truncadas, parecidas al lenguaje telegráfico. Ante la imposibilidad de expresarse en aquel mundo impersonal en el que los únicos vestigios de su personalidad anterior son una bolsa vieja y un llavero, la narradora recurre a la repetición: "vacío vacío vacío". Por otro lado, en los pasajes que describen emociones humanas acogedoras, Robles usa un lenguaje poético, lleno de metáforas y de imágenes insólitas. Éste es el caso de cuentos como "La otra mitad del tiempo" o "El vampiro que da sangre". Algunos de los textos en esta antología son escenas simples de la vida cotidiana, como la de una niña que involuntariamente se orina durante una inspección en la escuela, o la de un encuentro casual en un tren, de la narradora con una pasajera excéntrica. Los textos de este tipo están penetrados de ternura y de una mansa ironía que provee alivio entre los cuentos en los que predominan las emociones sombrías. De lo terrestre a lo surreal, las narraciones de Frigorífico del Este exploran una gran variedad de experiencias en las que los personajes de Robles experimentan amor o pérdida dolorosa, intensa sensibilidad sexual o incapacidad de sentir y de expresarse. Pero también son dotados de una gran ternura ante las debilidades de la naturaleza humana. De esta manera, el lector tiene entrada al universo asombroso de la vida interior. Mireya Robles, en unas líneas, sugiere un mundo complejo, y su escritura, a veces irónica y otras veces nostálgica, refleja una penetrante agudeza.

Anna Diegel, Traductora y Crítica Literaria