Las Doctrinas Elementales

Así como todos nosotros empezamos nuestras vidas naturales como bebes y progresamos hacia la madurez, sucede también así, con todos los creyentes ellos empiezan su caminar con Cristo, como infantes que son nacidos de nuevo, pero a quienes Dios tiene la intención de moldearlos como representantes maduros de su ser.Sin embargo el mensaje básico Cristiano ha ignorado mayormente la necesidad de la madurez en los creyentes individuales, dejando a cientos de sus miembros en una infancia...
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Así como todos nosotros empezamos nuestras vidas naturales como bebes y progresamos hacia la madurez, sucede también así, con todos los creyentes ellos empiezan su caminar con Cristo, como infantes que son nacidos de nuevo, pero a quienes Dios tiene la intención de moldearlos como representantes maduros de su ser.Sin embargo el mensaje básico Cristiano ha ignorado mayormente la necesidad de la madurez en los creyentes individuales, dejando a cientos de sus miembros en una infancia perpetua y la iglesia en conjunto dividida en denominaciones cada una enfocándose en sus énfasis doctrinales.Por otro lado las escrituras, identifican ciertos aspectos de la educación espiritual de uno que le sirve de base o cimiento de la madurez para todos los creyentes: "el arrepentimiento de actos que te llevan a la muerte, y? fe en Dios, instrucción sobre los bautizos, la imposición de manos, la resurrección de los muertos, y el juicio eterno" (Hebreos 6:1b-2 NVI). Estos se conocen como las Doctrinas Elementales.Estos conceptos no son un conjunto distintivo de doctrinas relacionado con la membresía de un grupo. Ellos son imperativos culturales para el camino hacia la madurez en el Reino de los Cielos. El escoger caminar este sendero puede empezar con el estudio de los asuntos presentados en este texto. El proceso mismo, sin embargo, conlleva observaciones regulares y la práctica diaria de estas Doctrinas Elementales. Este es el proceso que Cristo usa, en muchas diversas formas para enmendar cualquier tipo de vida del creyente dispuesto, para que el individuo pueda crecer y progresar como un representante maduro del ser de Dios aquí en la tierra.