Liderazgo Que Responde a la Autoridad

Precio del libro en este momento. $12.00 INTRODUCCIÓNLa búsqueda de líderes bíblicos, siempre ha sido una de las grandes necesidades dentro de la Iglesia del Señor.La realidad es que Dios nos ha llamado para ser líderes con un corazón de servir, y él ha puesto el deseo y el potencial en cada uno de nosotros, para poder realizar la tarea de la Gran Comisión.Usted puede preguntarse: ¿Es el liderazgo realmente todo lo que...
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Precio del libro en este momento. $12.00 INTRODUCCIÓNLa búsqueda de líderes bíblicos, siempre ha sido una de las grandes necesidades dentro de la Iglesia del Señor.La realidad es que Dios nos ha llamado para ser líderes con un corazón de servir, y él ha puesto el deseo y el potencial en cada uno de nosotros, para poder realizar la tarea de la Gran Comisión.Usted puede preguntarse: ¿Es el liderazgo realmente todo lo que importa? En Mateo 20:25-28 el Señor claramente da uno de los más claros y fuertes mandamientos en el N.T. Lo que el Señor nos dice en este pasaje es que, la única manera en que podemos ser líderes, es sirviendo primero, porque muchos de los creyentes piensan que el liderazgo es para dar órdenes, pero el Señor nos enseña todo lo contrario.En una ocasión la madre de Santiago y de Juan le dice al Señor: Ordena que en tu reino se sienten estos dos hijos míos, el uno a tu derecha, y el otro a tu izquierda. Pero el Señor le contesta: No sabéis lo que pedís (Mateo 20-21-22).El Señor dice bien claro en su Palabra, que los gobernantes toman control de las naciones, y los que son grandes ejercen autoridad para poner opresión sobre ellas. Pero el Señor dice: Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor (Mateo 20:26).Una de las cosas que podemos aprender más de este pasaje es que, cuando estemos dirigiendo a un grupo de creyentes, debemos estar seguros que tenemos un corazón de servir; ya que los buenos líderes son aquellos que lo están demostrando con el buen ejemplo y con su servicio. Porque, así como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos, así debemos de ser nosotros (Marcos 10:45).