Selkie

Nunca antes el arte y la pasi n, se han fundido con la maestr a que lo hace el autor a trav s de estas l neas. Sebasti n Minaya irrumpe en la casa de su t o, para investigar sobre el pasado de su familia. All se encuentra con la misteriosa desaparici n de Aldara, la esposa de un escultor ntimo amigo suyo. La pericia de Antonio Pereira a la hora de tallar la fisonom a humana, siempre dej indiferente a Aldara, descontenta con la marcialidad de su obra, le exig a abandonar las formas...
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Nunca antes el arte y la pasi n, se han fundido con la maestr a que lo hace el autor a trav s de estas l neas. Sebasti n Minaya irrumpe en la casa de su t o, para investigar sobre el pasado de su familia. All se encuentra con la misteriosa desaparici n de Aldara, la esposa de un escultor ntimo amigo suyo. La pericia de Antonio Pereira a la hora de tallar la fisonom a humana, siempre dej indiferente a Aldara, descontenta con la marcialidad de su obra, le exig a abandonar las formas romanas y mirar hac a el primitivismo de los egipcios. Antonio Pereira comparaba a su esposa con una Selkie, enigm tica e introvertida. Estaba convencido que alg n d a recuperar a su piel de foca y lo abandonar a para siempre sumergi ndose en las torrenciales aguas del Cuacos. Un d a desapareci sin m s y sus peores temores se hicieron realidad.La investigaci n lo lleva a conocer al pintor Iganacio Arau que se enfrenta al lienzo m s dif cil de su vida, mientras su joven esposa, Minerva, posa para l en medio de un bosque, donde la figura se funde con la espesura: no llegando a distinguir donde terminan sus cabellos y comienza la vegetaci n. Minerva era ntima amiga de Aldara y le ayudar a unir los eslabones que lo llevar n a dar con su paradero. Nunca antes el arte y la pasi n, se han fundido con la maestr a que lo hace el autor, a trav s de unas l neas, impecables, n tidas y mohosas a la vez.